La vida, el campo de batalla sangriento sobre el cual venimos a aprender, a crecer, a experimentar y a emanciparnos de nuestras creencias impresas por tantos años y con tanta fuerza, sin siquiera pertenecernos. Llegamos desnudos desamparados y errantes, sofocando a los compañeros de viaje y aprendiendo forzadamente a vivir y a amar.
Bajo este precepto supremo adquirido, buscamos la felicidad de tantas maneras posibles que olvidamos vivir el momento y disfrutar del camino. Condicionados desde pequeños al triunfo nos vamos olvidando de nosotros y de nuestros sentimientos, de nuestro privilegio que en realidad es la existencia.
Tarde o temprano, el reconocimiento a las artes llega desde algún lugar remoto del espíritu a ayudarnos a generar esa conexión perdida y he aquí el meollo del asunto: así como a algunos se subyugan al dulce gusto por la pintura, la música o la escultura, a algunos locos como yo nos llega de regalo el amor por las letras y la poesía.
Te cuento un poco mis ideas para que me conozcas y decidas concientemente si quieres seguir en este, mi espacio.
Te invito a ser partícipe de un viaje por mi vida entregado humildemente a través del calor de mis palabras.
Así te cuento un poco del camino recorrido que he ido amenizando aún antes de aprender bien el lenguaje.
La verdad es que de pequeño amaba la poesía y se ha convertido en mi querida compañera de viaje y confidente.
Espero te agraden mis versos, si has llegado hasta aquí, son mi invitación.
Y solo por cariño los entrego.
Hector Canelo